Me dijo un voz
perteneciente a un cuerpo que alguna vez quise alcanzar,
que debo dejarte ir querido amigo.
Que ni tú ni yo encontraremos en estos cuerpos
lo que realmente queremos encontrar.
Reconozco que voy a extrañar
el aroma de tu piel
la forma de expresarse de tu cuerpo en el mío
y la sensación de sumo placer.
Pero cada vez pesa más
el vacío de extender mi mano y no encontrar la tuya,
de gritar al viento cuanto te necesito
y no encontrar mas alivio en ti
que el callar de este cuerpo apasionado.
Pesa el vacío de querer decir te amo
y no escuchar salir lo mismo de tus labios.
Por eso me retiro, te recordaré por siempre;
mi cuerpo se sintió en la gloria junto al tuyo.
Me llevo también mi alma
que se poso en tus manos sin que nunca te enteraras.
Pero te dejo mi cariño, mi amistad.
Mis piernas,
si quieres que camine a tu lado,
si las tuyas comienzas a flaquear.
Mis brazos,
para ayudarte con lo que quieras alcanzar,
para protegerte, abrazarte.
Mis oídos,
para escucharte,
tus risas, tus llantos, en la sabiduría y la incoherencia.
Mi voz,
para acompañarte a cantar, a gritar,
para darte lo que pueda decir, lo que quieras escuchar.
Te dejo mis ojos,
para lo que me quieras mostrar,
para ayudarte a ver, a interpretar.
Te dejo mi ser, mi cariño,
me llevo mi cuerpo, mi necesidad.
Te saco de mis sueños de enamorada,
te retengo por siempre en mi corazón.
"Toma lo que te sirva y el resto descartalo"
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